
Lesiones de rodilla en tenis: cuándo operar y cómo volver a la pista cuanto antes
14 de mayo de 2025
La rodilla es una de las articulaciones más castigadas en el tenis. Cada punto exige movimientos explosivos, cambios de dirección bruscos, saltos, frenadas… Y todo eso sobre superficies duras que amplifican el impacto. No importa si eres profesional o aficionado: si juegas con frecuencia, tu rodilla lo nota.
Cuando aparece el dolor o la inflamación, muchos tenistas intentan aguantar. Pero ignorar las señales del cuerpo puede acabar en una lesión más seria. Por eso, es clave actuar a tiempo. Con los avances actuales en diagnóstico, tratamiento y cirugía mínimamente invasiva, es posible recuperar la rodilla y volver a competir sin tener que parar medio año.
Índice
Por qué la rodilla es uno de los puntos débiles del tenista
Jugar al tenis exige mucho más que técnica. Las articulaciones, especialmente la rodilla, soportan impactos, torsiones y tensiones constantes. A lo largo de un partido, un tenista puede realizar cientos de gestos explosivos en poco espacio y tiempo, lo que convierte a esta articulación en una de las más vulnerables del cuerpo.
Movimientos explosivos, frenadas y superficies duras
El tenis combina aceleraciones cortas con paradas en seco, giros sobre una sola pierna, saltos al servicio y desplazamientos laterales continuos. Todos estos movimientos implican un gran esfuerzo para la musculatura estabilizadora de la rodilla, pero también un enorme desgaste para estructuras como los meniscos, los ligamentos o el cartílago articular.
A eso se suma el impacto acumulado al jugar en superficies duras como el cemento o resinas sintéticas, muy habituales en pistas urbanas y torneos. Cada apoyo en este tipo de suelo transmite fuerzas directamente a la articulación, especialmente si no se utiliza el calzado adecuado o si hay fatiga muscular.
¿Afecta igual a jugadores amateurs y profesionales?
Sí, aunque de formas distintas. Los jugadores profesionales cuentan con preparación física, material técnico, equipo médico y programas de prevención. Pero también soportan una carga altísima de entrenamiento y competición.
En cambio, los jugadores amateur a menudo descuidan el calentamiento, entrenan sin seguimiento técnico, utilizan zapatillas desgastadas o juegan sin pausas suficientes. Todo eso eleva el riesgo de lesiones incluso con menos carga de juego. La falta de musculatura estabilizadora, errores técnicos o una mala gestión del esfuerzo son factores comunes que hacen que la rodilla pague el precio.
Lesiones de rodilla más comunes en tenistas
El tenis no es un deporte de contacto, pero sí de impacto. La rodilla, como bisagra central del cuerpo en cada golpe, es una de las zonas que más sufre. Ya sea por un mal apoyo, un gesto repetitivo o una carga mal gestionada, las lesiones de rodilla están a la orden del día en las pistas.
Estas son las más habituales entre jugadores de todos los niveles:
Rotura de menisco: el giro que lo cambia todo
El menisco actúa como un amortiguador natural en la rodilla. Pero un giro brusco al frenar o cambiar de dirección puede hacer que se rompa. Esta lesión es especialmente común en superficies duras, donde el pie se queda fijo y la rodilla rota.
Síntomas típicos: dolor localizado en la parte interna o externa, inflamación progresiva, sensación de bloqueo o “enganche” al mover la pierna.
Cuidado: Si no se trata, puede derivar en una lesión crónica o limitar la movilidad a largo plazo.
Tendinitis rotuliana: cuando el saque te pasa factura
Conocida como la “rodilla del saltador”, esta inflamación del tendón rotuliano aparece por sobreuso. Saltos repetidos, servicios potentes y golpeos con flexión profunda provocan microtraumatismos que inflaman el tendón.
Síntomas: dolor justo debajo de la rótula, que empeora al correr, saltar o subir escaleras. En fases avanzadas puede doler incluso en reposo.
Prevención: fortalecer cuádriceps, evitar sobrecarga y usar calzado con buena amortiguación.
Síndrome de la cintilla iliotibial: un roce que duele
Este síndrome aparece cuando la banda iliotibial —una estructura fibrosa que recorre el lateral del muslo— roza repetidamente con la parte externa de la rodilla. El problema suele estar en un desequilibrio muscular o una técnica incorrecta al correr.
Síntomas: dolor lateral que aparece a los pocos minutos de jugar o correr, y que mejora con el reposo.
Solución: estiramientos, fortalecimiento de glúteos y modificación de la técnica.
Lesión del ligamento cruzado anterior (LCA): menos frecuente, pero más grave
Aunque más habitual en deportes como el fútbol o el esquí, el tenis también puede desencadenar roturas del LCA, especialmente en desplazamientos laterales forzados o aterrizajes desequilibrados tras un salto.
Síntomas: un “crack” audible, dolor inmediato, inestabilidad y dificultad para continuar jugando.
Tratamiento: suele requerir cirugía y una rehabilitación larga, aunque la artroscopia ha reducido significativamente los tiempos de recuperación.
Señales de alerta: cómo detectar a tiempo una lesión en la rodilla
A veces el cuerpo avisa con claridad. Otras veces, lo hace con pequeños síntomas que pasamos por alto creyendo que son “molestias normales por jugar”. Pero en el tenis, esas molestias suelen tener causa y consecuencias. Identificarlas a tiempo puede ser la diferencia entre unas semanas de reposo o varios meses de baja.
Síntomas clave que no debes ignorar
- Dolor localizado en la cara interna, externa o frontal de la rodilla, sobre todo si aparece al flexionar o apoyar.
- Hinchazón recurrente tras jugar, incluso leve pero constante.
- Crujidos o bloqueos al mover la articulación, sobre todo si sientes que “algo se atasca”.
- Inestabilidad o fallo: sensación de que la rodilla no responde bien o tiembla en ciertos apoyos.
- Pérdida de fuerza o rendimiento, especialmente en desplazamientos laterales o saltos.
¿Cuándo acudir al especialista?
Si el dolor persiste más de 4-5 días, si reaparece cada vez que juegas o si sientes que tu rodilla no es la misma de antes, no lo dejes pasar. Cuanto antes se evalúe la lesión, más opciones hay de resolverla sin cirugía.
Y si la molestia es fruto de una lesión interna (como un menisco roto o un daño en el cartílago), actuar a tiempo puede evitar complicaciones mayores. La buena noticia es que, si hace falta operar, existen soluciones poco invasivas que permiten volver a jugar antes de lo que imaginas. Y ahí entra en juego la artroscopia.
Si experimentas alguno de estos síntomas, lo más recomendable es acudir a un traumatólogo deportivo especializado en rodilla. Una evaluación a tiempo puede evitar una cirugía o, si es necesaria, planificarla con garantías. Uno de nuestros traumatólogos de confianza es Artrosasun, para nosotros el mejor traumatólogo de Bilbao.
Cirugía artroscópica para una recuperación flash en lesiones de rodilla
Cuando los tratamientos conservadores no funcionan, muchos tenistas se preguntan: ¿tendré que operarme? Y la palabra “cirugía” suele sonar como sinónimo de meses de baja. Pero en la actualidad, la cirugía artroscópica ha cambiado las reglas del juego.
Gracias a esta técnica mínimamente invasiva, es posible reparar muchas lesiones de rodilla sin necesidad de abrir la articulación, reduciendo drásticamente el tiempo de recuperación y el riesgo de complicaciones.
¿Qué es una artroscopia de rodilla?
Es una intervención quirúrgica que se realiza mediante pequeñas incisiones, a través de las cuales se introducen una cámara (artroscopio) y microinstrumentos. Permite visualizar y reparar tejidos dañados —como meniscos, cartílago o ligamentos— con precisión y sin dañar estructuras sanas.
En el caso de tenistas, la artroscopia se utiliza frecuentemente para:
- Reparar o resecar un menisco roto
- Eliminar tejido inflamado o fragmentos articulares
- Tratar lesiones condilares o del cartílago
- Evaluar daños del LCA o del compartimento rotuliano
Ventajas para el tenista: rapidez, precisión y menos secuelas
- Incisiones mínimas: menos dolor postoperatorio y mejor cicatrización
- Alta en pocas horas: normalmente no requiere ingreso prolongado
- Rehabilitación más rápida que en cirugías abiertas
- Menor riesgo de complicaciones o rigidez
- Retorno deportivo más previsible y planificado
Esto no significa que sea una solución mágica. La artroscopia no sustituye al trabajo de rehabilitación ni evita una buena preparación física. Pero sí es, en muchos casos, la vía más eficaz para acelerar el retorno a pista con garantías.
Casos reales: volver a jugar antes de lo esperado
Cada vez más jugadores optan por la artroscopia cuando no pueden permitirse estar meses fuera de juego. Algunos vuelven a entrenar en 4-6 semanas, siempre que se cumplan los protocolos de rehabilitación y no haya complicaciones. Incluso en lesiones como una rotura meniscal parcial, el retorno al tenis puede ser más rápido que con reposo prolongado sin cirugía.
La clave está en una buena indicación médica, una intervención bien realizada y una recuperación adaptada al tenis, no solo a la vida diaria.
Rehabilitación tras una artroscopia: pasos clave para volver a jugar
La cirugía es solo el primer paso. Lo que realmente determina el éxito de una artroscopia es cómo se gestiona la recuperación. En el caso de los tenistas, no basta con caminar sin dolor: hay que recuperar estabilidad, fuerza, velocidad de reacción y confianza para volver a competir.
Fases del postoperatorio y tiempos estimados
Aunque cada caso es distinto, el proceso suele dividirse en fases:
- Fase 1: control del dolor e inflamación (1ª semana)
Reposo relativo, frío local, movilización pasiva y carga progresiva con muletas si es necesario. - Fase 2: movilidad y activación muscular (semanas 2-3)
Ejercicios de rango articular, contracciones isométricas de cuádriceps, trabajo en piscina o bicicleta sin resistencia. - Fase 3: fortalecimiento y equilibrio (semanas 3-6)
Introducción de ejercicios de fuerza, propiocepción, coordinación y patrones de movimiento funcionales. - Fase 4: retorno progresivo al tenis (a partir de semana 6-8)
Carrera suave, desplazamientos controlados, ejercicios específicos con raqueta y trabajo de impacto progresivo. - Fase 5: reincorporación completa (8-12 semanas o más, según lesión)
Entrenamientos normales, partidos de baja intensidad, readaptación específica y seguimiento preventivo.
Ejercicios específicos para tenistas tras la cirugía
- Sentadillas isométricas apoyadas en pared
- Equilibrio sobre superficie inestable (Bosu, cojines)
- Técnica de split-step y desplazamiento lateral sin impacto
- Transferencia de peso con raqueta en mano
- Trabajo de core y glúteos para descargar la rodilla
Todo este trabajo debe supervisarlo un fisioterapeuta deportivo o preparador físico con experiencia en tenis. Volver demasiado pronto o sin control puede provocar recaídas.
El rol del fisioterapeuta y el entrenador en la readaptación
La coordinación entre médico, fisio y entrenador es clave. Cada fase debe adaptarse al tipo de lesión, al nivel del jugador y a sus objetivos. No es lo mismo volver a una pachanga de fin de semana que a competir en torneos federados.
Además, el factor mental también juega un papel importante. Recuperar la confianza en la rodilla es tan necesario como recuperar la fuerza.
¿Se puede evitar la cirugía? Alternativas conservadoras y prevención
No todas las lesiones de rodilla requieren cirugía. De hecho, muchas pueden resolverse con tratamiento conservador si se detectan a tiempo y se corrigen los factores que las provocaron. Para muchos tenistas, evitar el quirófano pasa por mejorar sus hábitos dentro y fuera de la pista.
Fortalecimiento: la clave para proteger tus rodillas
Una musculatura fuerte absorbe mejor los impactos y estabiliza la articulación. En tenis, los grupos musculares más importantes para prevenir lesiones de rodilla son:
- Cuádriceps y isquiotibiales, que controlan la flexión y extensión
- Glúteo medio, que estabiliza la pelvis y evita desviaciones
- Core, para mejorar el equilibrio y la transferencia de fuerza
Incluir rutinas de fuerza dos veces por semana es más efectivo que cualquier vendaje o accesorio.
Técnica y movimientos inteligentes
Un mal gesto repetido muchas veces acaba en lesión. Por eso, revisar tu técnica con un entrenador cualificado puede marcar la diferencia. Algunos errores típicos que castigan la rodilla:
- Golpear con el cuerpo desalineado
- No flexionar lo suficiente en los apoyos
- Frenar en seco en vez de usar desplazamientos fluidos
Corregir estos patrones reduce el estrés en la articulación y previene sobrecargas.
Zapatillas adecuadas y gestión del esfuerzo
Usar un calzado técnico específico para tenis —con buena amortiguación, sujeción lateral y agarre— es fundamental. Además, alternar días de alta y baja intensidad, respetar los tiempos de recuperación y escuchar tu cuerpo evitará muchas visitas al fisioterapeuta. Aquí te dejamos analizadas todas las zapatillas de tenis del mercado.
La prevención no es solo entrenar más, sino entrenar mejor.
Y si a pesar de todo aparecen molestias, acudir a tiempo a un especialista puede evitar que una lesión leve se convierta en un problema crónico.